sábado, 9 de agosto de 2014

Parsimoniosis

     El mundo está muy enfermo. Va a ser difícil quitarle este gran mal. El mundo padece algo que he convenido llamarlo "parsimoniosis".

     La parsimonia, según la primera definición de la R.A.E., es: Lentitud y sosiego en el modo de hablar o de obrar; flema, frialdad de ánimo.}


     El sufijo -sis procede del griego: En medicina principalmente, significa 'estado irregular' o 'enfermedad'. Suele ir precedido de e, a y, con mayor frecuencia, o.


     Pues bien. He llegado a la conclusión de que, para erradicar todos los problemas del mundo, tenemos que curar a parte de la sociedad de esta enfermedad.


     Para poder hacerlo hay que averiguar las causas y para ello necesito obtener mucha información sobre los síntomas de este horrible mal. He recogido ejemplos de seres humanos que he ido observando a lo largo de mi vida.

Sintomatología:

He comprobado que se ha extendido a lo largo de los años muy rápido y a un nivel internacional. De ahí que lo haya clasificado como pandemia.

Sujeto número 1: Personal de instituciones públicas.
La persona presenta cansancio. No levanta la mirada, curiosamente vacía, de la pantalla. Sus pasos son arrastrados. Al cabo de unos días he retomado la observación y no ha habido ningún cambio en su actitud. Sigue deprimido, como sin vida y funcionando mecánicamente. Me sorprendió el tercer día puesto que no me ha dicho ni buenos días teniendo en cuenta que a estas alturas ya debería resultarle conocida. Síntomas: fatiga, vista cansada, posibles vértigos, dolores óseos y pérdida de memoria.

Sujeto número 2: Personal de algunos comercios de comida “rápida”.
La persona pronuncia los mismos sonidos articulados constantemente. Son oraciones interrogativas coherentes pero se repiten con el mismo tono e intensidad. Continua masticación de chicle. Un rasgo común al sujeto número 1 es la mirada vacía y el arrastre de los pies. Le doy información incoherente a sus preguntas y repite de nuevo su pregunta con el mismo tono e intensidad. Síntomas: fatiga, vista cansada, posibles vértigos y dolores óseos al igual que el sujeto anterior. Aparecen nuevos, la halitosis y falta de comprensión verbal.

Sujeto número 3: Padres y madres come-pipas.
La persona está en una cafetería con otras personas que padecen la misma enfermedad y curiosamente todas tienen ahí a sus hijos. Ninguna de ellas presta atención a los niños los cuales muestran una enfermedad contraria a la parsimoniosis. La persona no muestra interés hacia otras personas que protestan por el comportamiento de su hijo. A dos metros de distancia tiene una papelera y aun así, tira las cáscaras al suelo. Se cuela en la cola alegando que tiene un hijo (al que antes nunca hizo caso) y, por lo tanto, más prisa. Una vez ha llegado al primer lugar de la cola se queja por algo e intenta regatear el precio alegando de nuevo que tiene un hijo. Síntomas: fatiga, vista cansada, pérdida de memoria, falta de comprensión verbal, falta de percepción espacial, psicopatía y sociopatía.

Sujeto número 4: Familiares/amigos mayores.
La persona me ha contado en un mes la misma historia unas mil veces al igual que el sujeto número 2. También la he interrumpido con comentarios incoherentes y continúa contando la historia con los mismos detalles, el mismo tono y la misma intensidad. No me deja abandonar el domicilio sin haber comido grandes cantidades de comida y sin coger una chaqueta por si refresca. Recurre al chantaje emocional para intentar manipularme. Síntomas: Los del sujeto número 1, 2 y 3.

     Cabe destacar que el comportamiento y síntoma más común es que estas personas forman grandes colas en cualquier establecimiento, local, empresa,....


     Las causas son, por el momento, completamente desconocidas. Continúo trabajando en ello para evitar su propagación.


     Como curiosidad he encontrado la cura de forma casual. Igual que Percy Spender al derretírsele el chocolate en su bolsillo. En primer lugar es necesario un objeto contundente (extintor, bate de beisbol,...). Hay que localizar un punto estratégico y alto (sobre una mesa, silla,...). Fijar la mirada en la persona afectada y pronunciar las siguientes palabras en el orden en el que están escritas. Es fundamental hacerlo en voz alta y con mucha seguridad. Si se carece de una potente voz es mejor utilizar un megáfono. La clave se encuentra en poner énfasis en las palabras que pondré en mayúscula:


“Pero, ¿qué PUTA MIERDA es está? ¿Por qué COÑO no espabilas tu PUTA CARAJA? ¡Parece que en vez de SANGRE, tienes HORCHATA en tus venas! ¡Me tienes hasta los COJONES! ¡Eres un MALDITO inadaptado que sólo consigue retrasarnos a todos! El mundo sería mucho mejor sin CABRONES como tú. Medita la posibilidad de meterte un PUTO TIRO y librarnos así a todos de tu JODIDO desprecio por la vida.” 


     Es importante terminar con un duro golpe sobre el suelo con el objeto contundente.


     Si alguien encuentra una cura menos invasiva u otro remedio más diplomático háganmelo saber. Mi dirección es la siguiente:


Centro Penitenciario Madrid V (Soto del Real)
Ctra. Comarcal 611, km 37,6
28770 – Soto del Real (Madrid)
Bloque 3, Celda 102

2 comentarios:

  1. Podríamos también curar con el mismo método, y con mayor importancia, a los que sufren de politicasis, demagogasis y verborreasis aguda del confuso intelecto. He soltado una carcajada cuando presentaste los objetos contundentes. Muy buena tu diatriba. Un Saludo.

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    1. Hay que investigarlo todo seriamente porque se propaga rápido. Me alegra haberte hecho reír. Un abrazo

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