- Me cuesta acostumbrarme a estos amaneceres – comentó con
la mirada perdida en el horizonte.
- Comprendo Dog pero estoy seguro que podrás hacerlo. Respira
profundamente y notarás el olor de la pasiflora. Aquí todo lo envuelve –
contesté intentando que se encontrara más cómodo.
Dog
tenía una mirada en la que se podía confiar. Unos ojos limpios, expresivos y
muy leales. En un primer contacto, ambos mostramos asombro al ver la rapidez
con la que nos entendimos. Ninguno de los dos sentimos miedo en aquel momento
por eso fuimos inseparables.
Pocos fueron los datos que reveló
acerca de su extraño mundo pero se veía el sufrimiento en su mirada. Hablaba de
todo lo que quedó destruido y que pocos fueron los que pudieron huir. Fue
quizás el único superviviente de su especie y eso le atormentaba. Fueron muchos
los días que intentó establecer contacto sin respuesta.
Al final se adaptó y desistió dando a su mundo por extinto. El resto nos
adaptamos a él e intentamos durante su corta vida que no se sintiera tan solo.
Recuerdo con cariño aquella
mañana que le saqué a pasear y me dijo, tal vez mintiera, aquello sobre su vida pasada.
- Es muy cálido el abrazo de esta enredadera. ¿Puedo decirte
algo? – me preguntó.
- Claro Dog. Puedes decirme lo que quieras. Somos ya buenos
amigos – le dije.
- A esa estrella la llamábamos Sirio, la más brillante. Es
curioso que en mi planeta también recibía el nombre de “la estrella perro”, Alfa de Canis Majoris. A veces pienso que esto es un sueño del que no quiero despertar porque
de donde vengo, sería impensable poder hablar con un perro. Pero me alegro, sea o no sueño, de haberte conocido Orión – mencionó con una
sonrisa.
Gran relato. Una historia muy bien contada. Además la ciencia ficción es una de mis debilidades. Eres una fenómena!
ResponderEliminarOhhh!!! Muchas gracias Santiago. Un abrazote
EliminarMuy bueno, Ana Lía, me gustó mucho tu historia, se siente la nostalgia de Dog a la vez que su conformidad con su situación. Ciencia ficción y emotividad mezclados con naturalidad. Te felicito. Besos!
ResponderEliminarMuchas gracias Alonso. Creo que mucha gente ha sentido alguna vez por su perro lo que Orión por Dog. Un abrazo
EliminarBreve, bueno, bonito, bello. Todas las "B" tiene este relato. Felicidades, abrazos.
ResponderEliminarBueno Baby!!!! Muchas gracias y un fortísimo abrazo.
EliminarHola Ana.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, muy original, a veces
me pregunto de que podría conversar con mi perro si
hablara y me has dado una de las respuestas.
Hablaríamos de las estrellas.
Suerte para el concurso.
Un saludo cordial.
Benjamín.
Recuerdo que con mirar a mi perrina creía saber lo que quería y también que ella me entendía cuando me miraba. Muchas gracias Benjamin. Un besote
EliminarHola Ana Lia!! Bonito y personificado relato, tu sabes que Orión es una de las Constelaciones estelares que más me gusta contemplar en las tardes_ noches de invierno. Suerte con tu concurso. Un abrazo!!
ResponderEliminarSabía Maria que teníamos muchas cosas en común pero esto me deja muy sorprendida. Para mí, la constelación más enigmática es Orión. Las pirámides egipcias Keops, Kefren y Micerinos están colocadas como las centrales de Orión (Alnitak, Alnilam y Mintaka). Además, la nebulos de Orión m42 fue las primeras que vi con el telescopio. Toda una sorpresa tu comentario. Muchísimas gracias y un fuerte abrazo.
EliminarHola, Ana Lía. No deja de asombrarme la capacidad de ciertos escritores -y escritoras, no se me enfade nadie-, para sentirse inspirados por una simple imagen. El poder de la imaginación es infinito. Y como muestra, tu cuento. Te deseo suerte en el concurso. Por cierto, me ha encantado tu pieza. Te felicito. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro. Jope!!! Me dejas sorprendia con lo que me has puesto. Es un honor que me consideres escritora. Un fortísimo abrazo
EliminarMe gustó tu relato en el que mezclas muy bien la ciencia ficción con una dosis de emotividad, me recordó algo a Orsos Scott Card.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias Alejandra. No conozco eso pero lo buscaré. Un abrazo
EliminarMe gusta mucho Ana Lía, gracias por compartirlo. Un abrazote :)
ResponderEliminarMuchas gracias Menchi. Un abrazotote
EliminarFantástica historia también la tuya. Te deseo suerte. Saludos.
ResponderEliminarGracias Antonio. Un fuerte abrazo
EliminarUn relato emotivo y que a mi, al menos, me sorprendió pues pensaba inicialmente que el extraño en el planeta era el otro. Un bonito relato. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Sandra. Me alegra haberte sorprendido. A algunos de los otros les tengo acostumbrados a las sorpresas. Un abrazo
EliminarBello relato, Lía. Sujeto a mil interpretaciones diferentes y cargado de aliento épico. Hay cierta nostalgia profunda a lo que fue y ya no es. A lo que quizás en algún lugar sigue siendo aunque no lo podamos alcanzar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Max. Es como una desazón cómoda. Cuando ya haces borrón y cuenta nueva. Me gusta lo que has visto. Un fuerte abrazo
EliminarHola Ana, me ha gustado este relato, se puede ver de distintas manera
ResponderEliminarme gusta su ambiguedad y como lo has narrado, felicidades.
Un saludo, suerte y feliz fin de semana.
Muchísimas gracias Sonia. Un fuerte abrazo
EliminarHola Ana Lia. Que bueno, me ha gustado un montón.
ResponderEliminarUn saludo y suerte.
Muchas gracias Carlos, un abrazo.
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