Apenas
quedaban un par de gotas en la cantimplora. Mi cuerpo era puras llagas y con la blusa me cubrí la cabeza para evitar una insolación.
Mis retinas estaban abrasadas pero vi en el horizonte la silueta de
un hombre y su camello. En un último intento por sobrevivir, corrí
tropezando con mis propios pies hacia él. Cuando le alcancé, le
abracé con todas mis fuerzas.
-
¡Ayúdeme! ¡Agua! Por favor, se lo ruego.- le supliqué con mi
último aliento.
-
¿Y a mí qué me cuentas? Soy un cactus y no hablo.- contestó.
Y sí, el Sol le pegó mal. Ja, ja, ja, ja. Estuvo muy bien. Saludos.
ResponderEliminarGracias Nahuel,jajaja. Hay que tener un cuidado con el Sol!!!!
EliminarJa,ja. Genial. Con esos finales sorpresivos llenos de fina ironía a los que nos tiene acostumbrado la autora
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡BARBARROJA!!!!!!! Como me alegra por fín tener un comentario tuyo en mi blog. Me alegro que te haya gustado. Ya te dije que soy muy pánfila. Te enlazo aquí en el blog a tusrelatos y cortorelatos. Un abtazo enorme.
ResponderEliminarUna alucinación muy graciosa.
ResponderEliminarNo hay problema, que coja algo punzante y lo rompa, hay mucho líquido dentro de los cactus aunque bastante tóxico.
Abrazos
Muchas gracias Max. Te agregué y enlace en este blog, espero que no te parezca mal. Un abrazote
EliminarMe parece estupendo aunque soy poco culturizador y yo más que del cuento vivo del paro y lo digo sin segundas :)
EliminarDesde hace una semana te he colocado en el lado izquierdo de mi blog: http://suicidasperezosos.blogspot.com.es/
bajo el epígrafe "Ágora". Espero que te guste el sitio
Abrazos
XD Superior. Un micro con punto humorístico envidiable. Arrancar una sonrisa con unas pocas palabras es un Don. Bravo!
ResponderEliminarGracias Miguel Ángel. Se te echaba un montón de menos. Un abrazo
ResponderEliminaray de por Dios con este solté una carcajada muy grande, hasta recordé un chiste de mi niñez
ResponderEliminarPues me haces inmensamente feliz porque esa era la idea. Muchísimas gracias
EliminarVaya, según parece todos los que han visitado este post y han decidido comentar han acabado convertidos en cactus. ¡Nadie habla! O eso o un hacker ha borrado todos los comentarios. Espero no convertirme yo también en cactus. Eso arruinaría mi vida social (aún más si cabe). Un saludo, Ana Lía.
ResponderEliminarajjajajaj, me matas Pedro. Es que no sé que le pasó a Blogger pero aparecen los comentarios en negro. Muchas gracias y un besote
ResponderEliminarAunque por el título me hacía una idea de lo que trataría el relato, confieso que ese final no me lo esperaba, simplemente excelente.
ResponderEliminarYo pasé por las mismas dudas de Pedro Fabelo al ver los comentarios, de seguro es alguna especie de conspiración, pero no permitas que eso te impida seguir escribiendo ja ja ja
Un saludo.
No sé porque no se ven. Quizás a Blogger no le gustó tanto,XD. Muchas gracias Felipe. Un fuerte abrazo
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