- ¿Falta mucho para que pase el último autobús?- le pregunté al anciano, la única persona que allí esperaba.
- No muchacha. En treinta minutos pasará pero de todas formas ven, siéntate que estarás más cómoda.- contestó haciéndome un sitio en el banco.
- Muchas gracias, es usted muy amable.- le dije mientras me sentaba a su lado.
- ¿Qué hace una chica tan hermosa en un sitio tan apartado como este y a estas horas? - me preguntó mirando y acercando su nariz a mi escote.
- Estoy haciendo mis prácticas y las hago mejor en este lugar.- respondí apartándome sutilmente para que no se sintiera ofendido.
El viejo se me acercó de nuevo. Puso su nariz en mi cuello y sin dudarlo, su mano en mi muslo. Con el otro brazo me agarró por la cintura y me susurró “Tranquila muchacha, te trataré bien”. Intenté soltarle la mano y huir pero el cabrón tenía mucha fuerza. Fue ascendiendo hasta tirar con violencia, bajo mi falda, de mis bragas y romperlas. Intenté abrir mi bolso con la mano izquierda pero no daba abasto a apartarle la cara de mis tetas. Era repugnante tener sus babas sobre mí.
Consiguió desabrocharse los pantalones y tirarme del banco, avalanzándose encima. Me separó las piernas con brutalidad. Le mordí la cara y su sangre me salpicó el rostro. Me dió una bofetada y me llamó puta. Justo en ese momento pude abrir el bolso y sacar el abrecartas. Se lo clavé entre los ojos y murió en el acto, empalmado sobre mí. Fue asqueroso.
- Fuiste muy valiente y eres un ejemplo para todos. Por tu valor, tu decisión y el enemigo que elegiste; a partir de hoy serás la elegida.- gritó mi mentor a todos los presentes mientras me bautizaba con la sangre de su mano.
Se lo merecía por abusón, lo leí de un tirón, abrazos Ana Lía.
ResponderEliminarGracias Alejandra. Pues claro que se lo merecía,jajaja
EliminarEspero que tu mentor en la próxima práctica te permita usar un spray y no un abrecartas. Tampoco es necesario tanto realismo, además es más rápido y exige menos esfuerzo.
ResponderEliminarAbrazos Lía
XD, ya. Sería mucho menos violento. Gracias Max
EliminarVaya con el viejo verde, se llevó lo suyo. Muy bueno Ana
ResponderEliminarGracias Santiago. Jeje, no es lo mío el terror pero mira que rápido hago una labor social. Un saludo
Eliminareste me gusto... es un relato fácil de imaginar
ResponderEliminarMuchas gracias. Es durillo, espero no estar en una así jamás. Un abrazo
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