¿Recuerdas mi amor cuando corríamos delante de los grises? ¡Qué mamporrazos más fuertes! El otro día le contaste a Pepe la vez que repartiste octavillas con el seiscientos de tu padre con la rueda pinchada. ¡No tienes vergüenza! Ese día te pegaron todos en casa y no me extraña porque a tu madre casi le dió un ataque cuando llamó la policía a su puerta. ¿Cómo se te ocurrió esconderte en esa casa en ruinas? Con lo que llovía y tú con tus zapatillas de verano. ¡Vaya gripazo agarraste! Siempre fuiste un loco temerario. Nunca entendí cómo no acabaste en la cárcel. Es que estuvo Pepe aquí y lo estuvimos hablando. Le sorprendió mucho.
También me acuerdo del olor a salitre de nuestro viaje. ¡Qué bonito es el mediterráneo! Todas las tardes lo miro y ningún atardecer consigo ver el rayo verde. A veces pienso que aquel día te burlaste de mí.
Te escribo esta carta porque hoy no he podido evitar romper a llorar y no estabas para abrazarme. Vinieron Luis y su mujer. Me sigue pareciendo una pécora pero al menos trajeron al niño. Como se fueron a la playa me quedé con Luisito. Le dejé un instante en la cochera mientras hacía la merienda. Cuando regresé había tirado toda su ropa por ahí y estaba jugando con la manguera, empapado. Sois idénticos. No pude regañarle porque me miró de esa forma con la que tú me miras cuando pasa algo malo. Esa mirada tan entrañable hizo que lo mandara a pensar en su trastada a la habitación. Regresé a recoger la ropa. Fui agarrando cada prenda hasta llegar al charco. Vi las zapatillas y juraría que estabas en el reflejo. No puedo con esto.
Conserva esta carta y podrás releerla cuando quieras para ver que tu hijo te perdonó, que tu nieto te echa de menos y para que recuerdes que te amo con locura. Sé que no admites cosas así pero he decidido colocar esta carta a tu lado y que os incineren juntos para que puedas llevarla siempre contigo.
Eternamente tuya, Leonor.
Excelente la carta post-mortem. Me encanto el relato Ana Lía, muy bueno tu manera de armarlo acorde a la imagen, abrazos
ResponderEliminarNo manches, me comentaste en los dos sitios. Muchas gracias Alejandra. Un abrazote
EliminarFelicitaciones, Ana Lia! Muy buena historia, bien estructurada y acorde con la imagen, Ne gustó mucho, ya veo que los adversarios amistosos son fuertes jajajaja. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarJobar Alonso. Me mimais mucho y luego me acostumbro. Muchas gracias
EliminarMuy bien relatado el duelo, utilizando como elemento las zapatillas que le dan ese toque dramático. Me gusto mucho.
ResponderEliminarEs que esas zapatillas son mucho. Gracias Estela.
EliminarEs la primera vez que te leo y me ha gustado mucho tu estilo, claro, fácil de leer, sencillo y, sobre todo, se nota por tu historia y tú forma de expresar que eres española, ¡como yo! ;->
ResponderEliminarGracias Bea. Sí lo soy. Invitada estas a leer lo que quieras de mi blog. Un abrazo
EliminarEs un texto estupendo con un final sorprendente como deben ser los cuentos que pretenden hacer reflexionar al lector y yo como el tuyo lo he hecho.
ResponderEliminarUna vez me atreví con un mensaje postmortem, quizás tenga algo que ver con el espíritu del tuyo:
http://suicidasperezosos.blogspot.com.es/2007/06/banco-reservado.html
Unha aperta
Muchísimas gracias Max. Me meto más rápido que inmediatamente en tu link. Un abrazote.
EliminarWooow, que agil se muestra este relato, te mece en el principio hasta llevarte a la melancolia de su protagonista, excelente. Saludos
ResponderEliminarGracias Enrique. Ese Wooow me ha llegado. Un abrazo
EliminarHola Ana Lía, conmovedora carta de despedida. Me parece muy tierna y melancólica. Además, original recurso literrio utilizado para este fin, una carta que descansará eternamente junto a las cenizas del cuerpo amado. ¡Enhorbuena y suerte!
ResponderEliminarMuchas gracias Menchi. Leí tu poema, es precioso. Un saludo.
EliminarQué imágenes! muy emotivo...
ResponderEliminarMe encanto!
Gracias Diana. También me gustó mucho el tuyo, muy emotivo. Un saludo
Eliminaresta muy triste... pero me gusto mucho
ResponderEliminarSí, este fue de lagrimita pero también de mucho amor. Gracias Juan Carlos. Abrazos!!!
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