- ¿No sería maravilloso acudir a un baile real? Pero claro, no podría
ir con estos harapos. Sería maravilloso tener un Hada Madrina que
compusiera mi vestido y me retocara el cabello. Y, ¿por qué no? Que me
quitara estos kilos demás, que me dejara una cintura de avispa y también
le diera a mi blanca piel un tono más caribeño. Podría transformar mi
vieja bicicleta en una magnífica carroza y para rematar la fantasía,
calzar mis destrozados pies con unos zapatos de cristal. Así el príncipe
se enamoraría locamente de mí - soñaba en voz alta Cenicienta limpiando
el laboratorio ilegal de metilendioximetanfetamina que se encontraba en
el desván.
Las hermanastras, Drizella quien estaba
acomplejada por un gran bigote y Anastasia que siempre tuvo problemas de
sobrepeso; la miraban atónitas. Acto seguido, bajaron veloces al salón y
alertaron a Lady Tremaine, la madrastra, de que Cenicienta estaba otra
vez colocada.
Enfurecida, Lady Tremaine, ordenó a Drizella que mandara bajar a Cenicienta y esta acató ipso facto la orden.
Pasaron los minutos, más de cuarenta y cinco, ya había pasado la medianoche; y en el salón ninguna
se presentaba. De pronto, se escucharon unas risas y una dulce voz que
cantaba "Eres tú mi príncipe azul que yo soñé".
Harta de
soportar a tanta yonqui, la madrastra subió escoba en mano. Su sorpresa
fue ver a Drizzella colocar una pantufla llena de "cristal", pero del
polvo MDMA, a Cenicienta.
- Pero, ¿qué os habéis creído que es
esto? Aquí se viene a trabajar, malnacidas - las gritó dándolas fuerte
con la escoba. -¡Anastasia! ¡Anastasia! Ven inmediatamente a seguir
trabajando y a solucionar este desaguisado - gritó desesperada la
madrastra por toda la habitación.
Escucharon un motor de
helicóptero posarse en al jardín. Se asomaron las tres desde el
ventanuco del desván. De él salía un apuesto hombre que esperaba con los
brazos abiertos a Anastasia. Ésta sin dudar las hizo un corte de manga y
las gritó justo antes de subirse al aparato - Estoy harta de vuestros
continuos ataques, de vuestros negocios ilegales y de que siempre tenga
que solucionar yo los platos rotos además de ser torturada. Me voy con
mi hombre que seguramente me dará también palizas pero al menos él es
multimillonario y no me obligará a trabajar. Despídeme de las chicas.
¡Adiós pendejas! -.
- Señorita Anastasia, su vuelo la espera - dijo amablemente el galán.
- Llámeme Ana, señor Christian Grey - finalizó subiendo al helicóptero.
jijiji la mescolanza me mató.."adios pendejas"...aunque el cristian Grey ..me tiene mamada..desgraciado!..me encantó esta versión!putaa imanicación!<3
ResponderEliminarjajaja, gracias Ady! Deberías participar en estos retos, son muy divertidos y puedes poner lo que quieras :) Un besote
Eliminar"imaginación"... me comí la palabra..osea cual reto?....donde?....voy llegando de la chamba..y no se de qué me hablas..XD..
EliminarJajaja excelente humor, me encanta la nueva versión de la historia en clave Breaking Bad. Al hada madrina le costaría unas cuantas varitas mágicas ordenar todo y el señor White no lo hubiera imaginado. Muy buen relato. Abrazos:)
ResponderEliminarPues sí, vaya caos. Muchas gracias Carlos, un abrazo :)
EliminarJajaja me encantó el giro final. Menuda fusión ingeniosa y cargada de humor que has creado entre el cuento de hadas clásico y el moderno. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique, otro día te cuento lo que pasó con la madrastra :) Un abrazo
EliminarJajajajajaja qué cuento más loco, Ana!! Me ha encantado la nueva versión, muy actualizada por cierto. Quién iba a decir que "tu" Anastasia y la de la peli eran la misma :P
ResponderEliminarGenial, me ha encantado!!
Un super beso de martes.
Me encanta que te guste esta versión guapísima! Es Anastaia lo que tenía que haber hecho era poner su propio laboratorio ilegal! jajaja, un besote
EliminarMe ha gustado mucho, Ana. Es loca, loca, tan loca como las idas de olla de los personajes del cuento.Y el final, total¡
ResponderEliminarUn abrazo¡¡
Muchas gracias Clara, me alegra que te guste. Un abrazo!!
EliminarOK... creo que iré a ordenar mis ideas XD. Saludos Ana Lía y un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Andrés! Un abrazo :)
EliminarMe encanta cuando te pones estupenda y desmitificadora. Me encanta porque si los cuentos son parábolas morales de una cierta visión del mundo tradicional patriarcal, desafiarlos desde la broma y el humor es una forma de romper con toda la parafernalia cultural que nos han echado encima. La Ceni da mucho juego para las risas y el puteo, yo en el 2009 también hice una cosilla sobre ella que se puede complementar con la tuya. A ver si te gusta:
ResponderEliminarhttp://suicidasperezosos.blogspot.com.es/2009/01/sin-zapatos-no-eres-nadie.html
Besotes
Muchas gracias Max, ya pasé y me ha encantado. Qué buen juego con lo de los zaptos, es también una lacra de c_j_n_s!! Me alegro que te guste cuando me pongo estupenda y desmitificadora!!! jaajja, besotes
Eliminaro_O Esto.... Este cuento ha cambiado un poco, ¿no?
ResponderEliminarXD ¡Qué bueno! Dí que sí, Anastasia, ¡a disfrutar del famoso Grey! jajaja (al final voy a tener que leerme los libros, que los tengo en la estantería cogiendo polvo...) Este final ha sido la bomba ;) Pero la imagen de las hermanas colocadas como ellas solas, vamos, ¡sin palabras!
Me ha encantado (aplausos) :D
¡Un besote!
XD, muchas gracias Carmen. Sí, ha cambiado un poco pero la versión más conocida. De todos es sabido que se echa tierra encima de estas cosas para que nadie sepa,ajajaj. Un besote!
EliminarVaya mezcla de historias, Ana. Se produjo un cortocircuito en mi cerebro que me hizo desvariar, tirarme de los pelos y sacarme los ojos. Antes de ponerme a limpiar la sangre, te digo que me ha gustado mucho, a pesar de todo; un asombroso ingenio, como siempre.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Ricardo! XD, no quise producirte todo eso, pero se que estarás de nuevo entero, eres un paisano de recursos (una buena fregona, superglue y a pegar los ojos de nuevo). Un saludo
EliminarUna carga explosiva de sátira e ironía, un cuento realmente divertido, una rara avis de la versión del cuento clásico, una maravilla.
ResponderEliminarUn abrazo Ana!
Muchas gracias Edgar :) Me alegro que te guste y sobretodo que te hayas divertido. Un abrazo!
EliminarJajajaja, mira de dónde había salido! Me encantó Ana Lía. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias María :) Pues sí, es verídico. Así empezó todo,jaja. Un abrazo
EliminarxDDD ¡¡¡Aiiiiix!! ¡Qué grande eres! La imagen de Ceni toda colocada me ha podido #SeSabe Ahora empiezo a entender por qué hablaba con ratones y todo el rollo de la calabaza convertida en carroza...
ResponderEliminar¡¡Muy muy bueno!! Aunque me pierda la parte de "50 Sombras de Grey", porque ni la he visto, ni leído el libro... Aún así... ¡¡Es genial rellenar ciertas partes de la Historia de Cenicienta que se me escapaban!! ;P
¡¡Besines Ana!! ;)
Muchas gracias Campanilla :) Me alegra que te guste el desfase,jaja. Un besote
EliminarJajajaja buenísimo y original. Ya no es el cuento de cenicienta o eso me parece.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro de haberte hecho reír. No, ahora es el cuento de Anastasia, que está más de moda :) Un abrazo
EliminarQué disparatada vida la de estas hermanastras jajaja Muy bueno un besito guapa
ResponderEliminarMuchas gracias, Mercedes. Un besito
EliminarJajaja.... Ese desván da un poco de mal rollo... y el final es tremendo.... apalizada pero ahí va ella.... jajaja.... Muy auténtico Ana, un saludo!!
ResponderEliminarMuchas gracias Sonia! Creoq ue me quedaría en el desván a pesar de todo, ajaja. Un saludo
Eliminar¡Que relato más interesante! Ja ja ja
ResponderEliminarFue excelente, empezando por el mismísimo título que de inmediato llama la atención.
¡Te quedó excelente!
Saludos.
Muchas gracias Felipe. No pude contestarte antes porque en el helicóptero no tenía señal :p Un abrazo
EliminarJajajaja Buenísimo!!!
ResponderEliminarjajajaja Gracias!!!
Eliminar¡Gran relato Ana! JAJAJA Me ha gustado mucho. Jamás pensé una versión de La Cenicienta de este modo. Nunca se me habría ocurrido, y mucho menos ese final, con el señor Grey haciendo acto de presencia Jajaja
ResponderEliminarGran trabajo, ¡saludos!
Me ha encantado el tamaño de tu risa, eso es muy buena señal. Muchas gracias Roberto, un fuerte abrazo :)
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